Soluciones para combatir el desperdicio alimentario

Fecha de Publicación: 26 diciembre, 2022

Está previsto que la Ley contra el Desperdicio Alimentario entre en vigor el próximo 2 de enero, y todas las empresas de la cadena alimentaria deberán tener un plan para prevenir las pérdidas y el derroche de alimentos, así como seguir la jerarquía de prioridades para gestionar el excedente en el caso de que exista.

Más de 130 millones de toneladas de basura son generadas en España al año, y de éstas solamente el 20% se reciclan. El desperdicio de alimentos causa el 10% de los gases de efecto invernadero según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y además tiene un gran impacto económico ya que el coste asociado al desperdicio es el 5,6% de las ventas totales de las empresas.

A nivel mundial, la cifra de desperdicio es de 931 millones de toneladas de alimentos cada año. Por ello, algunos países europeos están tomando conciencia de este grave problema y quieren poner en marcha medidas y leyes que regulen esta situación.

En este sentido, urge potenciar la reutilización y el reciclaje, pero también es importante, poner en marcha medidas para evitar que el excedente alimentario se convierta en residuo. Y, de esta manera, poder estar en línea con el objetivo 12.3 de la Agenda 2030 de reducir a la mitad el desperdicio alimentario per cápita.

Estamos hablando de una preocupación cada vez mayor, en la que es fundamental apostar por la realización de un plan de prevención de las pérdidas y desperdicio alimentario, porque nos permite en muchas ocasiones detectar márgenes de mejora que no se habían detectado previamente, e incorporar soluciones que mejoren los resultados. Además, este plan permite reflexionar sobre el efecto de las acciones de cada empresa, tanto dentro como fuera de sus instalaciones o explotaciones, y sirve para dar visibilidad de las de las acciones puestas en marcha para reducir el desperdicio

¿QUÉ ES UN PLAN DE PREVENCIÓN DE PÉRDIDAS Y DESPERDICIO ALIMENTARIO?

Se trata de un listado de acciones en las cuales una empresa se propone prevenir y reducir las pérdidas y el desperdicio generado, y los principales beneficios son: económicos, sociales, ambientales y legales.

Económicos porque cuando un producto se convierte en una pérdida para la empresa, no solo se pierde su valor, sino también los recursos económicos que se han invertido para producirlo o fabricarlo, además del coste de destruirlo.

Sociales, debido a que con toda la comida que se tira se podría alimentar a toda la población mundial en situación de desnutrición o malnutrición, y como parte del sector alimentario, también hay que tener en cuenta esta parte más social y hacer un esfuerzo para garantizar el derecho de alimentación a las personas.

Ambientales, ya que producir, transformar y comercializar los productos alimentarios requiere de recursos hídricos, de tierra, combustible, fertilizantes, etc. Los recursos del planeta son escasos y el cambio climático es cada vez más una amenaza. Démosles una salida más sostenible que su destrucción.

Y, por último, legales. El nuevo proyecto de Ley contra el Desperdicio Alimentario tiene previsto entrar en vigor el próximo 2 de enero, y todas las empresas deberán tener un plan para prevenir las pérdidas y el desperdicio alimentario, así como seguir la jerarquía de prioridades para gestionar el excedente en el caso de que exista.

No obstante, aunque realicemos todas las acciones detalladas en nuestro Plan de Prevención, sabemos que, por una razón u otra, siempre va a existir excedente. Por lo tanto, será necesario analizar todas las acciones y/o soluciones complementarias al plan que pueden ayudarnos a que nuestro excedente no se convierta en residuo, ya que eso supondría perder el valor total de los productos y añadir nuevos costes de gestión de los mismos.

SOLUCIONES PARA EVITAR RESIDUOS

Algunas de las soluciones que pueden implementarse para evitar que el excedente no se convierta en residuo pueden ser: La venta con descuentos de los productos próximos a caducar y la donación de alimentos, siempre prevaleciendo la donación para alimentación humana antes de la animal.

En este sentido, el Consejo de ministros aprobó a principios de junio, el proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario con el objetivo de regular y concienciar sobre el desperdicio de alimentos, y dar respuesta a una necesidad social en España, en la que más de 6 millones de personas sufren inseguridad alimentaria por falta de recursos, mientras se desperdician millones de kilos/litros de alimentos. Concretamente durante el año 2020, los hogares españoles tiraron a la basura 1.364 millones de kilos/litros de alimentos, una media de 31 kilos/litros por persona. La nueva ley que entrará en vigor el próximo 2 de enero de 2023 afectará a las actividades en territorio español de los agentes de la cadena alimentaria.

LA DONACIÓN COMO UNA DE LAS PRINCIPALES SOLUCIONES

Gracias a la eliminación del IVA aplicado a las donaciones de alimentos a asociaciones, la donación de alimentos se convierte en la solución más rentable para gestionar el excedente, tanto para fabricantes como para distribuidores de alimentos.

Aunque también, las empresas no solo están rentabilizando sus productos, sino que contribuyen a favorecer un triple impacto que revierte de forma positiva en lo social, económico y medioambiental. En lo social, una parte de los excedentes se dona a los bancos de alimentos y asociaciones benéficas para luchar contra la pobreza; y otra se vende a los consumidores en los mismos puntos a precios más baratos, devolviéndoles su poder adquisitivo y ayudándoles con la inflación. En lo económico, las empresas mejoran su rentabilidad al reducir sus gastos de gestión de residuos, costes de logística, almacenamiento, costes de destrucción o impuesto sobre residuos. Donar es un 18,75% más barato que destruir. Y en lo medioambiental, solamente en este año, con las donaciones realizadas se han evitado 152 toneladas de emisiones de Co2.

Por todo ello, las empresas deberían poner en marcha ya, sus planes de prevención y replantearse la forma en la que están gestionando su excedente, optando por las donaciones de alimentos, siempre consideradas como una acción social y solidaria puntual, y no como una verdadera solución para gestionar de manera eficiente su excedente.

*Fuente: residuosprofesional.com/soluciones-combatir-desperdicio-alimentario/

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