Complejo Medioambiental de Guadiel. Planta de Selección, Compostaje y Eliminación.
En el Complejo Medioambiental del Guadiel se recepcionan los residuos procedentes de la recogida domiciliaria de los consorcios del Guadiel, La Loma, Cazorla y Condado, Segura y Las Villas, prestando servicio a más de 321.000 habitantes.
Actualmente hay una media de 65 trabajadores en esta plantilla, de la que forman parte conductores, ayudantes, basculistas , personal de oficina, etc.
El objetivo de esta instalación es el tratamiento integral de residuos sólidos urbanos recuperando la máxima cantidad posible de todas las materias primas contenidas en los residuos, así como el reciclaje de la fracción orgánica para transformarla en compost.
Funcionamiento de la planta
Gracias a la clasificación y tratamiento de los RSU obtenemos un beneficio tanto económico como higiénico. El funcionamiento de la planta de compostaje se divide en varias etapas:
En primer lugar, los residuos procedentes de los contenedores para materia orgánica y resto que llegan a la planta desde distintas poblaciones, pasarán por la báscula situada a la entrada de las instalaciones, donde son controlados y pesados para después vaciar su contenido en los fosos de descarga. Aquí esperarán su procesado, que normalmente se hace al día siguiente en horario diurno.
Desde los fosos de descarga los residuos alimentan alternativamente dos líneas de tratamiento que se dirigen a una cabina de triaje primario en la que manualmente se recuperan los residuos más voluminosos, aquellos que podrían dar problemas en las líneas de tratamiento. En función de su naturaleza, son trasladados al vertedero o a contenedores para su envío posterior a recuperadores. Hablamos de materiales como chapajo (mezcla de materiales férricos), cartón, plástico, film o vidrio.
Los residuos no separados en las operaciones previas, continúan hacía dos troméles (cribas rotatorias) que hacen una separación por tamaños en la que se obtienen 3 corrientes de residuos:
• La corriente más pequeña de tamaño 100×100 mm
• Una corriente intermedia de 150×300 mm
• El flotante de los trómeles
• Fracción 100×100: procede del primer tramo de los trómeles. Se conduce a otro trómel, en el que se separan dos corrientes: una de 50×50 mm destinada a compostaje (a biometanización en nuestra planta de Sierra Sur) y otra se somete al procedimiento de recuperación de envases.
• Fracción 150×300: procede del segundo tramo de trómeles. Se divide en otras 2 fracciones:
- El hundido de trómel que se dirigirá hacia un separador balístico el cuál dividirá en tres flujos los residuos:
1. Los planares, que pasan a la recuperación de papel
2. Los rodantes, que se someten a procedimientos ópticos para la recuperación de envases.
3. Residuos finos que caen por las perforaciones del separador balístico, pasan a recuperación envases y finalmente a compostaje.
• Flotante de Tromel.
El flotante de trómel, es decir, los residuos que no atraviesan los agujeros de los trómeles, pasa a la cabina de triaje secundario donde se recuperan manualmente los residuos de envases más voluminosos.
RECUPERACIÓN DE ENVASES POR PROCEDIMIENTOS ÓPTICOS
Los residuos se dirigen por la cinta transportadora desde el separador balístico hacia el separador de envases, donde, justo antes de éste, se localizan un separador de metales no magnéticos y un separador de metales magnéticos. Estos envases seleccionados son prensados y almacenados a la espera de su envío a recuperadores.
Los envases plásticos separados son dirigidos a la cascada o cadena de ópticos. La cadena de ópticos está formada por cuatro separadores ópticos que clasifican de manera automática residuos de envases plásticos en función de su naturaleza (PET, PEAD, BRIKS Y PP).
El flujo que resta una vez se ha atravesado esta cadena, se dirige a la cabina de triaje secundario donde son recuperados aquellos residuos de envases plásticos que no han sido seleccionados en los procesos anteriores.
Finalmente, el flujo de rechazo o fracción no recuperada continúa por la cinta transportadora donde se encuentra un separador magnético que selecciona los residuos metálicos justo antes de dirigir el rechazo hasta un contenedor donde es prensado y transportado hasta el vertedero.
La materia orgánica se deposita en los túneles de fermentación, donde se controla la temperatura, humedad y el contenido de oxígeno. Los túneles permiten la transpiración de la materia e impiden que pase la humedad desde el exterior. Este proceso dura 11 días.
Una vez fermentado el compost pasamos a la fase de maduración, esta fase dura un mínimo de 21 días. En función de la temperatura, humedad y concentración de oxígeno se realizarán los volteos pertinentes.
En este proceso se separan las impurezas y el resultado es el compost listo para su uso como abono orgánico.